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miércoles, 16 de octubre de 2024

INFLUENCER



Hoy en día los influencers son, sin lugar a dudas, los protagonistas indiscutibles de la escena digital. Desde celebrities hasta expertos en diversos ámbitos, estas personalidades son seguidas por millones de personas ansiosas por conocer sus opiniones, recomendaciones o, simplemente, porque llevan un estilo de vida que idolatran y tratan de emular. Se les otorga una autoridad especial porque logran establecer una conexión profunda con su audiencia y el simple hecho de que compartan su vida genera un sentimiento de cercanía, como si formaran parte del círculo íntimo de amistades o familiares de sus seguidores.

Fue la italiana Chiara Ferragni la que, allá por 2010, abrió la veda del fenómeno influencer cuando, tras el éxito alcanzado por su blog The Blonde Salad, en el que hablaba de moda y complementos, decidió abrir una cuenta de Instagram, que rápidamente se convirtió en un fenómeno de masas, cimentando lo que con el tiempo sería un verdadero imperio. Ahora no sólo tiene millones de seguidores (29,2 millones, para ser exactos), sino que tiene su propia línea de moda, es embajadora de marcas de lujo e incluso la prestigiosa escuela de negocios de Harvard ha estudiado cómo lo hizo.

Desde el surgimiento del fenómeno Ferragni, hemos presenciado cómo millones de influencers se ganan la vida con sus vidas, looks, recetas o consejos. Pero atención humanos, una nueva ola de influencers 2.0 está revolucionando el panorama digital.

Creando al influencer perfecto

No son caras conocidas ni personas de carne y hueso; son creaciones de inteligencia artificial (IA) y están cambiando las reglas del juego en el mundo de las redes sociales.

Un estudio reciente de The Influencer Marketing Factory arroja luz sobre este fenómeno. En Estados Unidos, el 58% de los usuarios sigue al menos a un influencer virtual, y lo que es más, este sector está experimentando un crecimiento anual del 47%.

Y a ti, ¿quién te dice qué comer?

Una de las más conocidas es @lilmiquela, un avatar de 3D creado por la agencia Brud en Los Ángeles. Con 2,6 millones de seguidores en Instagram y colaboraciones con marcas de renombre, como Prada o BMW, Lil Miquela es la queen bee de los influencers virtuales. Cada vez que realiza una publicación patrocinada en la plataforma de Meta, se estima que obtiene alrededor de 7.300 euros, según datos proporcionados por la agencia Marketing Hub. Esto resultó en un ingreso que superó los 880.000 euros en el año 2022.

(@fit_aitana) es otra ‘Influencer’. Es una modelo de la agencia “The Clueless”. Es escorpio y se define como amante del fitness y de los videojuegos. Posa sonriente, con su gato Neo (un guiño al protagonista de la película Matrix) al que le escribe en catalán “T’estimo molt”, haciendo pilates o yoga, o descansando un domingo en su casa “manteniendo su sistema inmunológico en casita para evitar pillar un virus”. Recibe cientos de elogios de gente que la admira y que quiere conocerla. Hace poco ha preguntado a su fiel audiencia de 220.000 seguidores en Instagram si les gustaría la idea de que creara su propia línea de ropa.

Alba Renai (@albarenai) no es tan conocida como Aitana o Miquela (“nació” hace muy poco, en septiembre de 2023), pero apunta maneras de serlo muy pronto. Tiene 24 años, reside en Madrid y se define como “creadora generada y entrenada por IA, a veces virtual, otras real como la vida misma”. En su cuenta, comparte su pasión por los viajes, la decoración y la moda, así como las galas y los eventos a los que acude. Se declara, además, interesada por cuestiones como la sostenibilidad, la inclusión y la diversidad. Y como influencer virtual ya ha concedido su primera entrevista al medio digital Reason Why.

Estas tres influencers son solo la punta del iceberg en una tendencia digital imparable. Empresas líderes como Meta están impulsando la revolución con el lanzamiento de chatbots de IA que adoptan la identidad de celebridades de renombre, como Kendall Jenner y Snoop Dogg, ofreciendo a los usuarios experiencias auténticas y totalmente personalizadas.

Por el momento, estas innovaciones están en fase de prueba y solo disponibles en Estados Unidos, pero reflejan la visión de Mark Zuckerberg de integrar la IA para satisfacer la creciente necesidad de más interacciones digitales; algo que parece sacado de una película de ciencia ficción como Ser, estrenada en 2013, donde se muestra un mundo futurista en el que las relaciones humanas están fragmentadas. Los personajes, incapaces de conectar con otros, se refugian en sistemas operativos para encontrar una conexión idealizada. Una visión que ahora se está haciendo realidad.

Aunque muchos ven en el auge de los influencers virtuales una oportunidad de negocio sin precedentes, no hemos de perder de vista los desafíos éticos que genera. La hipersexualización de algunos de estos personajes plantea interrogantes sobre la percepción de la imagen corporal y la promoción de estereotipos poco realistas. Además, la falta de regulación y divulgación sobre el uso de IA podría generar problemas legales en el futuro. Por ejemplo, ¿qué sucede con los derechos laborales de los trabajadores de la industria del contenido, cuyo trabajo podría verse amenazado por la creciente presencia de influencers virtuales que operan las 24 horas del día?

Por otro lado, la soledad y la conexión humana en un mundo tecnológico son temas que golpean con fuerza. Si bien los influencers virtuales pueden ofrecer compañía e inspiración a quienes se sienten solos, también plantean dudas sobre la autenticidad de las relaciones en línea y el impacto de la IA en nuestras interacciones sociales.

Para continuar explorando las posibilidades de la IA, es fundamental que se aborden estos temas y garantizar que su uso sea ético y responsable. Mientras tanto, los influencers virtuales seguirán desafiando las convenciones y transformando el panorama digital de formas que sólo podemos empezar a imaginar. En esta nueva era, la influencia ya no tiene que ser humana para ser poderosa.

QUE NO SE DEBE HACER PARA SER UN NUEVO INFLUENCER DEL NUEVO MILENIO QUE LOS HAY MUCHOS.

TRATAR DE ESFORZARSE MÁS POR OBTENER INFORMACION Y ASI CONOCIMIENTO PARA INCURSIONAR EN LAS REDES A TRAVÉS DE LOS ESTIPULADO

AQUÍ UN EJEMPLO